martes, 3 de febrero de 2009


Es para llorar que buscamos nuestros ojos.Para sostener nuestras lágrimas allá arriba.En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas.Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el díaY sobre nuestra memoria de carneEs para llorar que acariciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia.Escondemos nuestra voz de todas las noches.Porque puede acarrearnos la desgracia.Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras.Respiramos más suavemente que el cielo en el molino.Tenemos miedo.Nuestro cuerpo cruje en el silencio.Como el esqueleto en el aniversario de su muerte.Es para llorar que buscamos palabras en el corazón.En el fondo del viento que hincha nuestro pecho.En el milagro del viento lleno de nuestras palabrasLa muerte está atornillada a la vida.Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar.Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada.Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria.Y cuando el vacío está vacío bajo el espectro irreparable el viento abre los ojos de los ciegos.Es para llorar es para llorarNadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces.Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras.Paloma de nube y de noche.De nube en nube y de noche en noche.Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro.Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido.Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios.Es para poder llorar es para poder llorar.Porque las lágrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde.Es para llorar que la vida es tan corta.Es para llorar que la vida es tan larga.El alma salta de nuestro cuerpo.Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes.La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles.La noche llega a paso de montaña.Sobre el piano donde el árbol brota.Con sus mercancías y sus signos amargos.Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo.La ciudad cae en el saco de la noche.Desvestida de gloria y de prodigios.El mar abre y cierra su puerta.Es para llorar es para llorar.Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino.Es para llorar que buscamos la cuna de la luz.Y la cabellera ardiente de la dichaEn la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma.Es para llorar que abandonamos los campos de nuestras simientes.En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua de la mañana.Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia.Y que no apagamos el fuego del cerebro.Es para llorar que la muerte es tan rápida.Es para llorar que la muerte es tan lenta

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